CADENA NEW noticias – El papa Francisco habló en el Vaticano en la conmemoración de los 10 años del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares y en sus declaraciones repudió el protocolo antipiquetes que aplica el Gobierno de Javier Milei durante las manifestaciones. Además, dejó un mensaje a las agrupaciones y pidió que «sigan combatiendo la economía criminal» del avance del narcotráfico.
«Me hicieron ver una represión, hace una semana. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas», señaló el Sumo Pontífice frente referentes sociales de todo el mundo, entre los que estaban Juan Grabois y Alejandro “Peluca” Gramajo
«El gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta eso», añadió sobre el protocolo de actuación que llevó adelante el Ministerio de Seguridad durante las movilizaciones de protesta por el veto a la reforma jubilatoria. En esa jornada, una de las imágenes que se viralizó fue la de una niña de 10 años gaseada por la policía.
«Todos debemos levantar a los demás. La actitud contraria es dejar tirado. Esa actitud no es cristiana, tampoco es la actitud de un hombre de buena voluntad: ¡Nosotros levantemos al caído, siempre! A todos los caídos, buenos o malos, con méritos o sin ellos. Que nadie quede tirado», pidió el Santo Padre.
Durante su discurso, Francisco hizo clara su preocupación por cómo avanza “una forma perversa de ver la realidad, que exalta la acumulación de riquezas como si fuera una virtud”. Por el lado contrario, comentó: «Acumular no es virtuoso, distribuir sí lo es. Jesús no acumulaba, Jesús multiplicaba y sus discípulos distribuían».
Acto seguido, Jorge Bergoglio recordó el diálogo que mantuvo con un empresario al que le habían pedido una coima. «Lamentablemente, muchas veces son precisamente los más ricos los que se oponen a la realización de la justicia social o la ecología integral por pura avaricia. Presionan a los gobiernos para que sostengan malas políticas que los favorecen económicamente. El diablo entra por el bolsillo, no se olviden», reflexionó.